Revista Gremium

Desafíos del patrimonio arquitectónico en zonas marginadas. Caso: Mina Camelia, Pachuca

Figura 12: Fachada principal de Camelia, fotografía de la encuesta. Elaboración propia, 2022.

DOI: 10.56039/rgn21a03

Challenges of architectural heritage in marginalized areas. Case: Camelia Mine, Pachuca

Paola López Aldana a, Elizabeth Lozada Amador b, Francisco Omar Lagarda García c
a Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo: e-mail, ORCID.
b Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo: e-mail, ORCID.
c Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo: e-mail, ORCID.

Recibido: 20 de diciembre del 2022 | Aceptado: 08 de junio del 2023 | Publicado: 31 de agosto del 2023

Resumen

El Barrio de Camelia, en Pachuca Hidalgo, lleva el nombre de una de sus minas más importantes. Después de cien años desde su apogeo, sus instalaciones han quedado prácticamente abandonadas y, sin embargo, las ruinas de sus imponentes casas de máquinas de vapor siguen distinguiéndose en el panorama urbano. Han sido motivo de interés para investigadores, viajeros y autoridades locales, llegando a ser uno de los puntos clave para el desarrollo de la Ruta Arqueológica Minera, proyecto del gobierno municipal que busca revalorizar el patrimonio minero de la ciudad. Más allá de esas aspiraciones, la realidad del Barrio de Camelia son sus condiciones de marginalidad, precariedad en servicios básicos, y población heterogénea que revela falta de arraigo e interés. Su imagen muestra la poca atención gubernamental que ha generado una situación de inseguridad. El patrimonio histórico minero de Pachuca quedó, al paso de los años, al norte de la misma, en sus barrios fundadores, donde y pese a las circunstancias, prevalecen las huellas de la relevancia que tuvo en el pasado y que puede adquirir nueva significación, no solo para los especialistas, sino para toda su población.
Palabras clave: patrimonio minero, marginalidad urbana, nueva significación.

Abstract

The Barrio de Camelia in Pachuca Hidalgo, bears the name of one of its most important mines. After a hundred years of its heyday, its facilities have been practically abandoned and, nevertheless, the ruins of its imposing steam engine houses continue to distinguish themselves in the urban panorama. They have been a source of interest for researchers, travelers and local authorities, becoming one of the key points for the development of the Mining Archaeological Route, a municipal government project that seeks to revalue the city’s mining heritage. Beyond these aspirations, the reality of the Barrio de Camelia is its conditions of marginality, precariousness in basic services, heterogeneous population that reveals a lack of roots and interest. His image shows the little government attention that a situation of insecurity has generated. The historical mining heritage of Pachuca was left to the north of it, in its founding neighborhoods, where and despite the circumstances, the traces of the relevance it had in the past prevail and which can acquire new significance, not only for specialists, but also for its entire population.
Keywords: mining heritage, urban marginality, new meaning.

Introducción

Pachuca nació como producto de la minería, los habitantes provenientes de otros lugares, construyeron barrios alrededor de las minas que actualmente conforman su zona fundacional. Con el paso de los años y la creación de nuevas actividades económicas que desplazaron poco a poco a la actividad minera, y dieron paso al crecimiento poblacional la ciudad comenzó a expandirse; así fue como surgieron nuevas colonias, y la actividad económica se descentralizó; como parte de esta evolución, los barrios fundacionales y el patrimonio histórico minero que albergan, fueron quedando desplazados y excluidos. La UNESCO refiere que el Paisaje Urbano Histórico enfrenta problemas en su conservación, surgidos esencialmente desde las presiones que ejerce la acelerada urbanización de los últimos tiempos, producto de la migración, así como desde las amenazas del cambio climático, la pérdida de espacios públicos, el aislamiento social, problemas que conllevan a otros más como pérdida de población originaria, funcionalidad, identidad, generación de pobreza, deficiente infraestructura, entre otros. (UNESCO, 2011) Actualmente, los barrios originarios de Pachuca comparten parte de esas problemáticas, que dificultan desarrollar una vida digna, a pesar de alojar importantes sitios patrimoniales propiedad de la compañía minera, mismos que se encuentran en abandono. Autoridades municipales, e incluso la población, han mostrado poco interés en su preservación, a pesar de los beneficios comunitarios que ésta podría representar.

De acuerdo con (Querejazu, 2003), el patrimonio cultural pertenece al grupo de personas que lo construyeron o heredaron y que, por lo tanto, tienen el derecho de aprovecharlo en su propio beneficio de acuerdo a sus necesidades, aunque también la obligación de respetarlo y cuidarlo.
El objetivo del presente estudio es contribuir al análisis del contexto urbano y social del Barrio de Camelia, así como destacar la importancia de su patrimonio industrial minero, basado en el acercamiento al mismo y a la comunidad, generando la conciencia sobre los beneficios que traería la preservación de este pasado minero de Pachuca.

El reconocimiento del patrimonio industrial en el mundo y en México, es cada vez mayor; incluso existe un comité propio para ese propósito, denominado TICCHI (The international Commitee for the Conservation of the Industrial Heritage), creado en 1978, y que tiene filial en México desde 2006. Hay que destacar que la sede de TICCHI México se encuentra en Pachuca, en el Archivo Histórico y Museo de Minería. (TICCIH México, 2015). Dentro de su sitio web registra diez Rutas y Sitios de Patrimonio Industrial, dentro de los cuales dos son en el estado de Hidalgo, precisamente en Real del Monte y Pachuca. Lo anterior refleja que la recuperación de inmuebles industriales para fines culturales no es una tarea fácil, pues entre otros factores se tienen el económico y la propiedad de los inmuebles, pero sobre todo el contexto urbano y social; sin embargo, no se tiene duda sobre que, dar uso a los sitios, es una de las principales formas de conservarlos.

Para poder garantizar a un inmueble su permanecía a lo largo del tiempo, es de vital importancia su uso, el cual conforme pasa el tiempo, irá evolucionando de acuerdo a las necesidades de los nuevos usuarios. Solo se necesita creatividad para convertirlo en algo valioso, hasta indispensable, que al mismo tiempo funja como elemento importante de la reactivación de un barrio o ciudad (Villar, 2014).

Reflexionando acerca de las condiciones del objeto de estudio, se ha formulado la siguiente hipótesis: la Mina Camelia, sitio de valor histórico, es un espacio parcialmente desvalorizado, por encontrarse en un entorno marginado y precario en sus necesidades básicas. Sin embargo, puede ser punto de partida en beneficio del barrio para adquirir una nueva significación, asegurando su preservación a través de un nuevo uso y difusión, situación que genere una conciencia colectiva (actualmente incipiente). Como refiere García, no sirve de nada que el valor de un inmueble se reduzca a los especialistas desde diferentes disciplinas, algunas con poca o nula relación con la edificación patrimonial, la cual debería ser aceptada por un grupo social más amplio que éste directamente involucrado; y agrega que “…debe despertar en ellos emociones, sentimientos o afecciones hacia el inmueble, llevando a una identificación o incluso comunión entre patrimonio y usuario.” (García, 2014, pág. 125).

El valor de esta investigación radica en resaltar que Pachuca es producto de la minería; y la historia de la ciudad se desprende de esta misma por los vestigios de algunas de sus minas, que son parte de un pasado que habla de la identidad pachuqueña.

Metodología

La metodología se basó en una investigación cualitativa, que “se enfoca en comprender y profundizar los fenómenos, explorándolos desde la perspectiva de los participantes en un ambiente natural y en relación con el contexto” (Hernández, Fernández, & Baptista, 2010, pág. 358), con la intención de entender, desde la perspectiva de la comunidad, este fenómeno, profundizando en sus opiniones, vivencias y significados. Así mismo, retomando las recomendaciones que establece la UNESCO para la conservación del Paisaje Histórico Urbano, la investigación es un aspecto fundamental, que involucra la documentación de los sitios, teniendo una visión de conjunto para entender a la comunidad cercana, donde están los principales interesados y beneficiados de la conservación (UNESCO, 2011).

Por lo anterior, para la elaboración de este trabajo, se inició con una investigación de campo que consistió en visitas a la Mina de Camelia; a la par, se trabajó en un levantamiento arquitectónico, y se complementó con una investigación documental, que radicó en el análisis de diferentes fuentes bibliográficas para un mayor entendimiento del surgimiento de Camelia como barrio a partir de la fundación de la mina; además, existió la necesidad de interactuar con algunos habitantes de la comunidad, lo que permitió entender su comportamiento con relación a este tema, obteniendo una perspectiva general sobre la población de Pachuca y su conocimiento sobre el patrimonio minero. En adición, se realizó una encuesta digital para ampliar el panorama.

Antecedentes históricos: la herencia minera en Pachuca y Real del Monte

Pachuca de Soto es la capital del Estado de Hidalgo. Se encuentra al centro de la República Mexicana, y sus colindancias son: al norte el estado de San Luis Potosí y Veracruz, al este con el estado de Puebla, al sur con el estado de Tlaxcala y México, y al oeste con Querétaro. Pertenece a la región del eje Neovolcánico, y en su fisiografía resaltan algunas provincias: la de las llanuras y sierras de Querétaro e Hidalgo, y la de los lagos y volcanes de Anáhuac; características geográficas y físicas que posibilitaron la transformación del paisaje natural a industrial, principalmente en lo que fue el Distrito Minero de Pachuca y Real del Monte (donde se generó la extracción de plata y otros minerales). El Barrio de Camelia pertenece al municipio de Pachuca, ciudad también conocida como la cuna de la minería contemporánea, en cuyo pasado se identifican tres importantes etapas.

La primera de ellas, es la etapa de explotación virreinal, desde mediados del siglo XVI hasta inicios del siglo XIX, cuando la Corona Española implementó los primeros procesos industriales y se llevó a cabo la construcción de las Haciendas de Beneficio de Patio que, junto con los malacates y molinos de sangre, fueron conformando el patrimonio arquitectónico. Este primer periodo finaliza prácticamente cuando se vio obstaculizado por las constantes inundaciones en las minas. Los personajes más importantes, durante esta época, fueron Pedro Romero de Terreros y Alejandro Bustamante y Bustillo (Miranda, 2012).

La siguiente etapa estuvo marcada por la participación de los ingleses provenientes de Cornwall, a principios del siglo XIX, que trajeron consigo la nueva tecnología del vapor (Randall, 1977), producto de la Revolución Industrial; heredando enormes chimeneas, horcas de madera y Casas Cornish, que también hoy día forman parte del patrimonio arquitectónico. En 1849 los derechos pasan a manos mexicanas, pero la energía del vapor continúa utilizándose hasta fin de siglo (Soto Oliver, 1985).

El tercer periodo se destacó por la presencia de la energía eléctrica y las vías férreas a finales del siglo XIX y principios del XX. Para el año 1906, las principales propiedades mineras pasan a manos de la United Smelting Refining and Mining Company, empresa proveniente de Norteamérica, (Ibidem, pág. 213) la cual introdujo el método de la cianuración, transformando el paisaje industrial con la aparición de tanques, horcas y malacates eléctricos, así como torres para canastillas. El periodo norteamericano llega a su fin en el año 1947 (Ortega, 2010), comenzando a partir de ese momento el periodo paraestatal, que continuó durante los siguientes 40 años, hasta que estos sitios fueron abandonados. En la actualidad la compañía Real del Monte y Pachuca, como subsidiaria de Los Altos Hornos de México y del Grupo Acerero del Norte, es la principal propietaria de este patrimonio industrial minero (Secretaría de Economía, 2022).

Declive de la minería y los Barrios Fundacionales

El declive de la minería se fue dando paulatinamente tras un conjunto de sucesos, empezando por el descenso de producción de mineral debido al conflicto revolucionario, a pesar de que en el año 1917 se recuperó, el precio del mineral disminuyó; ya que de manera gradual la minería dejó de ser el patrón monetario a nivel nacional; posteriormente, en el año 1920, uno de los accidentes mineros más graves tuvo lugar en Pachuca, al incendiarse la mina El Bordo, luego, en 1947 la empresa Real del Monte fue vendida al Estado, y para la década de los ochenta solo el 6.13% de la mano de obra en Pachuca eran mineros, a diferencia de los 7000 que representaban a principios del mismo siglo (XX), situación que llevó a la Compañía minera a privatizarse en 1990, (Grupo Acerero del Norte). A mediados de esa década la dinámica de la ciudad cambia, deja de depender de la minería que la habría encumbrado en el pasado.(Ramírez J, 2009, pág. 90).

Esta evidente disminución de trabajadores se conjugó con el surgimiento de nuevas industrias, como lo es Coca Cola o Textiles Hidalgo, todo esto producto de la expansión acelerada que Pachuca sufrió después de la segunda mitad del siglo XX. La expansión urbana llevó a la conurbación de Pachuca con Mineral de la Reforma a inicios de los 80s, surgiendo las colonias El Chacón y 11 de Julio, al suroeste y en los bordes del cerro de Cubitos, cuya condición geográfica parecía que disuadiría el crecimiento de la ciudad, aunque ello finalmente no sucedió y el cerro fue absorbido por la misma (Demetrio, 2011, pág. 157).

Los límites de la ciudad eran los mismos desde los años 20 hasta los 40. En el centro de la ciudad se conservaban, aún, la mayoría de los comercios. Respecto a los Barrios Altos, antes de los ochenta, había problemas con relación a la distribución del agua, y los callejones comenzaron a ser pavimentados en su mayor parte en esa misma década y finales del siglo pasado.

Camelia, barrio fundacional

Pachuca se consolidó entonces, como ciudad minera conforme esta actividad se fue desarrollando desde el siglo XVI al XX. La traza irregular se debió al asentamiento de las viviendas de los trabajadores de las minas, que al ocupar el ter ritorio buscaron la cercanía a su lugar de trabajo. (Ramírez & Fernández, 2013). Desde entonces, la minería fue determinante en la conformación de los barrios de Pachuca, vinculada en lo que fue, desde el siglo XVI, uno de los cuatro reales de minas de la región: Real de Arriba, (San Miguel del Cerezo) (Saavedra Silva & Sánchez Salazar, 2007). Colindante a esta zona se ubica el Barrio de Camelia, como parte de los barrios mineros de los inicios de la ciudad, que ocuparon las zonas altas, delimitándolas y siguiendo su accidentada topografía, (Monterrubio, 1995). Junto con otros Barrios Altos (el Arbolito, San Clemente, la Nueva Estrella, el Lobo, el Atorón, la Alcantarilla, la Palma, Mosco y la Españita), (ver figura 1) se considera que esta zona es donde los pachuqueños tienen su herencia cultural, la fuente de su identidad, la mayor presencia del patrimonio minero, como medio que narra la historia de la ciudad (Aldama, Baños, Cabrera , Lazcano, & David, 2019).

Como puede apreciarse en la figura 1, ese centro fundacional ha quedado al margen de la mancha urbana que se extiende hacia el sur, desarrollo que no sólo se ha dado de forma física. Las condiciones actuales del lugar, denotan una marginación en infraestructura urbana y social. La población pachuqueña difícilmente se dirige a esta zona, a pesar de tener las vistas más impresionantes del paisaje natural de Pachuca, y contar con los vestigios mineros más antiguos, que aún se pueden reconocer y son sobresalientes, como las ruinas de la ex hacienda de San Buenaventura.

Figura 1: Espacio fundacional de Pachuca: en color verde los barrios rurales del antiguo Real de arriba, en color azul los barrios altos, y en sombreado amarillo el centro histórico. Google Maps, 2022.
Figura 1: Espacio fundacional de Pachuca: en color verde los barrios rurales del antiguo Real de arriba, en color azul los barrios altos, y en sombreado amarillo el centro histórico. Google Maps, 2022.

Al parecer, los ciudadanos se han olvidado de sus orígenes fundacionales, problemática común en las ciudades actuales, en las que, tras la generación de nuevas centralidades, el olvido por parte de las autoridades gubernamentales municipales y locales repercute en la ciudadanía en general. Los Barrios Altos, a consecuencia del olvido y la marginación, presentan problemas de asentamientos irregulares y carencias de toda índole, incluyendo el abandono de su patrimonio industrial, en el que también incide su carácter privado. (Aldama, Baños, Cabrera , Lazcano, & David, 2019).

Camelia forma parte del conjunto de barrios fundacionales de Pachuca. Su asentamiento data al menos de un siglo; de acuerdo a la información de INEGI (2022) cuenta con una población de 1742 habitantes, equivalente a 300 familias aproximadamente; “…esta población se considera heredera de las doce primeras familias asentadas en este territorio, así como de la conservación del legado tangible de la minería en el mismo, hoy en ruinas, consolidando lo que podría identificarse como el centro del barrio” (Santoyo, 2021).

Mina Camelia

Los barrios mineros, o barrios altos, como se ha dicho anteriormente, se encuentran marginados en la actualidad. De calles irregulares y estrechas, fueron erigidos por los mineros que llegaban, como solía suceder en esos centros, de otros lugares para trabajar en las minas (Von Mentz, 2000). Dichos mineros construyeron sus viviendas sin aparente orden, con material a veces desechado de las mismas minas, y en general de esa industria. Estos barrios comenzaron a ser provistos de servicios y pavimentación entre los años ochenta y noventa (Ramírez J. , 2009). En el Barrio de Camelia existen vestigios arquitectónicos sobresalientes en la mina que le da su nombre (ver figura 2).

Figura 2: Vista panorámica de la mina de Camelia. Elaboración propia, 2022.
Figura 2: Vista panorámica de la mina de Camelia. Elaboración propia, 2022.

Los elementos predominantes, como la chimenea, junto con los robustos muros, que son de piedra y permanecen en pie, pertenecen a las antes casas de máquinas, que inicialmente fueron de vapor y después fueron sustituidas por eléctricas. También existen lo que fueron las oficinas y habitaciones, que eran parte necesaria del programa arquitectónico de esta infraestructura. El patio central es amplio, y el tiro se distingue casi al centro, tapado actualmente por una losa de concreto armado. Perimetralmente, conserva casi en su totalidad la barda que la delimita, y su acceso principal se hace notar al oriente del conjunto. El sitio es un hito urbano con un área de 2817.38 m2 (ver figura 3).

Figura 3: Planta esquemática de la mina de Camelia. Elaboración propia, 2022.
Figura 3: Planta esquemática de la mina de Camelia. Elaboración propia, 2022.

La comunidad lo ha utilizado para reunirse en fechas o eventos especiales, como semana santa o época de carnaval (ver figura 4).

Figura 4: Recreación de la última cena durante la celebración del Viacrusis en Camelia. Obtenida de Facebook, 2022.
Figura 4: Recreación de la última cena durante la celebración del Viacrusis en Camelia. Obtenida de Facebook, 2022.

Datos de inseguridad y marginación de Camelia

Pese a la ya mencionada importancia que la zona norte de Pachuca tiene para la memoria e identidad de sus habitantes, la situación actual en el contexto social y económico de la misma, retrata abandono y carencia de necesidades básicas en el equipamiento e infraestructura urbanos.

En general, a nivel municipal, los Barrios Altos, pasaron con el transcurso de los años, de ser los puntos de producción económica más importantes, a ser un área marginada y segregada. Abonando a lo anterior, se ha considerado como parte de la explicación lo siguiente:

…la localización cercana a una metrópoli mayor como la Ciudad de México, antes Distrito Federal, ha ocasionado una polarización social en concentraciones al sur de la ciudad, con acelerado desarrollo urbano y dotación de servicios, mientras que el norte se ha caracterizado por un alto grado de marginación, dispersión poblacional y rezago de infraestructura urbana y de servicios básicos (Pérez, 2018, pág. 49).

Camelia se caracteriza e identifica, como la mayoría de los Barrios Altos, por su estructura urbana, compuesta por calles y callejones estrechos que se entrecortan, y generan una retícula de tipo plato roto; además, se localiza en un área de alto riesgo por sus características físicas y geográficas y, por otro lado, también carece de áreas verdes y recreativas.

De acuerdo con datos obtenidos en la sección denominada “México en cifras” de (INEGI, 2022) encontramos que, con relación a infraestructura y equipamiento, Camelia sí cuenta con un amanzanamiento, y es mínima la cantidad de calles que poseen recubrimiento y banquetas bien delimitadas (ver figura 5); por otro lado, sobre recursos básicos necesarios, se tiene que el agua entubada es distribuida a través de mangueras de plástico (ver figura 6), y abastece a aproximadamente a la mitad de la población, siendo calificada el agua como el principal problema de esta localidad, ya que además es de mala calidad. Respecto al drenaje, esto es diferente, pues toda la localidad cuenta con este servicio; sin embargo, el destino de estos desechos es un río, por lo que existe un riesgo evidente por contaminación. Hablando sobre conflictos sociales, se encuentra que los principales están relacionados con alcoholismo y drogadicción.

Figura 5: Fotografía de las calles de Camelia. Elaboración propia, 2022.
Figura 5: Fotografía de las calles de Camelia. Elaboración propia, 2022.
Figura 6: El agua es transportada en mangueras de plástico. Elaboración propia, 2022.
Figura 6: El agua es transportada en mangueras de plástico. Elaboración propia, 2022.

Esta información ha sido motivo de denuncia constante en medios informativos, principalmente la carencia de agua, que es una noticia común, incluyendo algunos encabezados: “Aunque CAASIM [Comisión de agua y alcantarillado de sistemas intermunicipales] prometió servicio por tandeo, el agua no llega a barrio La Camelia”, dice “La silla rota”, donde el autor hace mención sobre que, tras la constante falta del recurso en Camelia, el 27 de septiembre de 2021, CAASIM confirmó que no existe algún punto de suministro que cubra la necesidad de todos los habitantes de la zona (Alcaráz, 2022).

Por otro lado, con relación a la mala calidad de este recurso, otro encabezado del “Sol de Hidalgo” refiere: “Basura en tiros de mina contamina manto acuífero”, donde (Nochebuena, 2021) menciona que, en fosas ubicadas en diferentes sitios, como Camelia, Bordo, Cerezo, entre otros; se vierten desechos en antiguos tiros o canales, que al permearse terminan afectando al agua subterránea.

En otros medios, como el diario digital del “Quadratín Hidalgo”, se publicó: “En riesgo 27 casas habitadas en zonas de hundimiento en Pachuca”, haciendo hincapié de que “Las principales zonas con posibilidades de colapsos por antiguos trabajos mineros se ubican en las colonias Cubitos, Camelia, San Juan Pachuca, Minerva, Anáhuac, Nopalcalco y La Palma, según el Atlas de Riesgo de Pachuca.” (Rico, 2021). Problemática común debido a que en el subsuelo hay bastantes tiros, que son respiraderos de las propias minas que se instalaron en la época de la colonia. Este tipo de noticias es recurrente. Se trata de zonas en constante vigilancia en épocas de lluvia. En el año 2017, dos personas mayores fallecieron y dos menores presentaron heridas tras el derrumbe de un muro en esta localidad (propiedad de una mina), que sepultó su vivienda de muros de block y techumbre de lámina.

Camelia es catalogada como un asentamiento humano irregular, concepto que se caracteriza por presentar condiciones precarias, como carencia de servicios públicos, patologías sociales y riesgos y vulnerabilidad ante algunos fenómenos naturales, etc. Cabe mencionar que, entre algunas otras noticias, se encuentran las relacionadas con incendios en cerros, que afortunadamente no han puesto en peligro a la población, y también fuertes vientos que han causado cortes temporales de luz. Con relación a la pandemia reciente por COVID-19, durante la segunda ola, Camelia fue identificada como una zona de alto riesgo en contagios.

Cabe destacar que, a pesar de lo descrito anteriormente, los vestigios principales que forman parte de lo que eran las casas de máquinas, han sido muy poco vandalizados, al contrario de las oficinas que actualmente se encuentran grafiteadas, deshechas y desmanteladas (ver figura 7).

Figura 7: Interior de lo que fueron las oficinas de la mina. Elaboración propia, 2022.
Figura 7: Interior de lo que fueron las oficinas de la mina. Elaboración propia, 2022.

Iniciativas públicas gubernamentales e independientes para la puesta en valor del patrimonio arquitectónico minero de la zona

El interés por la puesta en valor del patrimonio minero de la zona minera de Pachuca, ha estado presente desde hace tiempo en varios sectores de la sociedad, sobre todo en académicos, de manera individual o en equipo. La asociación civil Archivo Histórico y Museo de Minería AHYMM, A.C., cuya sede está en el centro de Pachuca, ha puesto énfasis en este legado no sólo de Pachuca, sino igualmente de los municipios aledaños que pertenecieron al Distrito Minero; sin embargo, no formó parte de la compilación de su libro Ruta de la plata (Oviedo & Hernández, 2012), donde se hizo un recuento de lugares emblemáticos de los municipios del antes Distrito Minero de Pachuca y Real del Monte.

Laboratorio Ciudadano El Bordo, por su parte, (Geografianomada, 2022) es un ejemplo de iniciativa dirigida por el Instituto Municipal de la Cultura de Pachuca; es un espacio que en conjunto con personas, colectivos e instituciones, realiza actividades culturales, ambientales, etc. que pretenden recuperar la identidad y memoria colectiva; pero para Camelia la historia es diferente, en ese sentido, una de las iniciativas que tuvo una difusión importante, provino del ámbito municipal, y se denominó Ruta Arqueológica Minera (RAM) (Minera, 2017). Fue presentada el 6 de noviembre de 2017 por la alcaldesa de Pachuca, Yolanda Tellería Beltrán (titular de la administración 2017-2020), y buscaba activar a los llamados Barrios Fundacionales de la ciudad a través de un programa multidisciplinario, el cual tenía como principal objetivo la reivindicación de los espacios históricos de la ciudad. Para poder aplicarse, implicaba además la creación de programas sociales, económicos y monitoreo, entre otros. La ruta fue inaugurada en abril de 2019. Este proyecto consideraba, entre otros objetivos, la restauración, consolidación y rehabilitación del Patrimonio Industrial Minero, con la intención de promover la reivindicación de la identidad cultural de Pachuca y la reducción de una variedad de problemáticas sociales dentro de estos barrios, como lo son la reducción de la pobreza y la implementación de reglamentos que regularan el ordenamiento territorial y la configuración urbana. El sitio de la Mina Camelia, sin duda, era parte importante de ese proyecto; los entonces encargados del mismo referían que se habilitaría un Centro de Desarrollo Comunitario, con áreas ajardinadas, ludoteca, mirador y museo de sitio. (Lozada & Sánchez, 2020).

En la presente administración, la RAM fue suspendida. La razón es imprecisa, pero las convicciones políticas cambian cada sexenio, por lo regular, y si bien la RAM todavía tenía muchas áreas de oportunidad, se consideraba una iniciativa viable para comenzar, apreciar y reconocer parte de los sitios más representativos de la historia de la minería en Pachuca. Con relación a esta iniciativa, que contemplaba varios sitios, no sólo Camelia, los habitantes comentaron que los visitantes de la Mina, a través de este recorrido, lo único que hacían durante su estancia era comprar comida que algunos de los habitantes del barrio les vendían, y no había algún guía que les explicara sobre el sitio, por lo que la gente permanecía en él durante muy poco tiempo.

Acercamiento a los habitantes de Camelia

La investigación sobre Camelia ha sido un trabajo en conjunto, en el que se ha generado información que abarca diferentes temáticas, entre ellas su funcionamiento industrial. Comenzó en marzo, y se contó con el apoyo del delegado de la comunidad para poder acceder. La primera ocasión en la que se presentaron los resultados que hasta el momento se habían recabado de la investigación, fue a un grupo de personas del barrio, en el mes septiembre de 2022, en las instalaciones de la mina. Acudieron alumnos de la primaria Josefa Ortiz de Domínguez, en compañía de sus padres y maestros; formaban un aproximado de 50 personas, que escucharon una breve presentación (ver figura 8). Posteriormente, se repartieron algunas encuestas para los adultos, con la intención de recabar información sobre el aprecio por el barrio y las ruinas de Camelia, que igualmente contribuyera a entender mejor qué representa para la población, y saber sus necesidades e intereses con relación a este espacio. También se repartieron algunos dibujos de la Mina de Camelia para los niños, que los recibieron con entusiasmo e interés, de hecho, fue tal el éxito de la mina, que los dibujos fueron insuficientes (ver figura 9).

Figura 8: Primer acercamiento a la comunidad de Camelia. Elaboración propia, 2022.
Figura 8: Primer acercamiento a la comunidad de Camelia. Elaboración propia, 2022.
Figura 9: Niños asistentes con su respectivo dibujo de Camelia. Elaboración propia, 2022.
Figura 9: Niños asistentes con su respectivo dibujo de Camelia. Elaboración propia, 2022.

Debido a que el público estaba compuesto por niños en su mayoría, se percibió en algunos momentos distracción y apatía; sin embargo, fue lo contrario en la mayor parte de los adultos; incluso, una señora mostró mucho interés e iniciativa en participar y conocer más sobre el lugar. La señora Ana Victoria, refirió que no es originaria de Camelia, pero que lleva más de 25 años viviendo ahí; nos comenta que ella considera importante que, a los niños, especialmente, se les explique sobre lo que se hacía en la mina, nos invitó a realizar un recorrido para los grupos de la primaria y, a cambio, se ofreció a mandar limpiar el sitio donde se conservan las ruinas de la mina. Animada por el momento, comentó sobre sus experiencias de infancia, cómo su mamá los llevaba por los viejos caminos de la comunidad a El Cerezo, y les contaba historias sobre brujas y otras experiencias extraordinarias; exteriorizó incluso la importancia que para ella tiene conocer la historia de estos lugares; al respecto dijo lo siguiente: “A mí me llama mucho la atención lo de las casas en ruinas y eso, a lo mejor luego pasas y ves y dices, ¿qué era aquí?, y ya luego te vas enterando que era así y así…”

Fue una experiencia interesante, que permitió entender algunas circunstancias a una porción de la comunidad, y se considera que este tipo de reuniones deberían ser comunes, ya que al tratarse de un barrio que alberga este ejemplar del patrimonio, es importante saber el vínculo existente con el inmueble, y desde ahí abordar una posible intervención. Un ejemplo interesante que se pudo rescatar, fue la forma en que la señora Ana Victoria, a través de leyendas, adquirió cierto aprecio e interés por este tipo de patrimonio, mismos que se transmitieron en su núcleo familiar de generación en generación, que permiten ver con otra perspectiva a estos lugares, y que además podrían representar un instrumento para atraer la atención de personas de cualquier edad. Para ampliar el panorama sobre las opiniones que posee la gente, se realizó una encuesta digital.

Encuesta virtual dirigida a la sociedad en general

En el contacto con la comunidad referido anteriormente, se tenía la intención de realizar encuestas, las cuales se imprimieron y se dejaron a los asistentes; así mismo se dieron unas más para familiares y amigos. Después de quince días aproximadamente, no se tuvo respuesta y se buscó entonces llevar a cabo la encuesta de manera virtual.

Conformada por un conjunto de preguntas relacionadas con el patrimonio industrial minero de Pachuca, formuladas con la intención de saber la opinión y el conocimiento que se tiene sobre su pasado con énfasis en los barrios fundacionales y las ruinas de la Mina Camelia, la encuesta fue abierta al público, obteniendo un total de 94 respuestas. El 62.8% de los habitantes resultaron no originarios de Pachuca, pero con un promedio de 15 años residiendo en la misma.

La primera pregunta se refirió a; ¿Conoce sobre el pasado minero de Pachuca?, a lo cual el 81.90% respondió que conocen poco de ello. Debido a que la minería trajo como resultado el desarrollo de barrios a partir de los cuales se originó Pachuca como una ciudad, se incluyeron las siguientes preguntas, primero: ¿Conoce qué lugares de la ciudad conforman el llamado “Espacio fundacional” de Pachuca?, donde el 59.6%, respondió que no conoce nada. Posteriormente, se solicitó que escribieran el nombre de los barrios fundacionales que conocieran, ya que hay unos más populares que otros, como lo es el caso de “El Arbolito”, que en la encuesta fue mencionado 20 ocasiones; en segundo lugar, quedó Camelia y en tercero, San Miguel Cerezo (como ya se dijo, el espacio fundacional de Pachuca está conformado por un total de 11 barrios y el centro histórico).

Para entender un poco más sobre cómo ven a Pachuca sus habitantes, en la actualidad, se preguntó: ¿Actualmente considera a Pachuca, una ciudad minera? Si bien Pachuca surgió como una ciudad minera, llegando a ser una de las más importantes a nivel nacional actualmente, el 52.9% respondió que no, dejando en evidencia que, efectivamente, la minería es parte del pasado para sus habitantes; a pesar de esto el 68.1% consideró importante el Patrimonio Industrial Minero de Pachuca (ver figura 10), y el 94.7% consideró que es muy importante que sea rescatado y protegido (ver figura 11).

Figura 10: Importancia y significado del patrimonio industrial minero. Elaboración propia, 2022.
Figura 10: Importancia y significado del patrimonio industrial minero. Elaboración propia, 2022.
Figura 11: Protección del patrimonio. Elaboración propia, 2022.
Figura 11: Protección del patrimonio. Elaboración propia, 2022.

Para saber un poco más sobre lo que se conoce de Camelia, específicamente, en una pregunta se adjuntó una foto de la mina (ver figura 12), preguntando sobre si la identificaban y conocían la ubicación de sus vestigios. El 41.5% respondió que no sabía, pero a pesar de esto, el 88.2% respondió que considera muy importante su restauración (ver figura 13), y la mayoría eligió el uso de museo para una posible intervención de este sitio (ver figura 14).

Figura 12: Fachada principal de Camelia, fotografía de la encuesta. Elaboración propia, 2022.
Figura 12: Fachada principal de Camelia, fotografía de la encuesta. Elaboración propia, 2022.
Figura 13: Importancia de una posible restauración a Camelia. Elaboración propia, 2022.
Figura 13: Importancia de una posible restauración a Camelia. Elaboración propia, 2022.
Figura 14: Posibles usos de Camelia. Elaboración propia, 2022
Figura 14: Posibles usos de Camelia. Elaboración propia, 2022

Para saber cuál es la razón por la que ellos consideran que este patrimonio se encuentra en las condiciones actuales, se realizó esta pregunta, ¿Cuál cree que sea la principal causa de abandono del Patrimonio Industrial Minero de Pachuca? El 61.7% respondió que es debido al desinterés de la población, las autoridades municipales y los propietarios; y en otras respuestas, la constante fue que debido a la ignorancia y desconocimiento (ver figura 15).

Figura 15: Gráfica sobre la principal causa de abandono del patrimmonio industrial minero de Pachuca. Elaboración propia, 2022.
Figura 15: Gráfica sobre la principal causa de abandono del patrimmonio industrial minero de Pachuca. Elaboración propia, 2022.

Como se ha referido, de acuerdo al ejemplo del barrio de Camelia, los barrios donde se encuentra este tipo de patrimonio comparten la característica de estar marginados, de presentar carencias en su infraestructura y servicios, problemas de adicciones y vandalismo. Para entender su opinión y conocimiento acerca de esto, se realizaron las siguientes preguntas: ¿Considera que el estado actual de los inmuebles influye en la seguridad de la ciudad? La mayoría, en un 67%, respondió que mucho, y a la pregunta ¿Considera que la rehabilitación de estos inmuebles mejoraría las condiciones generales de vida de los barrios donde se ubican?, el 84% respondió también que mucho.

Mencionada anteriormente, la llamada Ruta Arqueológica Minera (RAM), para la difusión y protección de este patrimonio, actualmente suspendida, es una muestra de que ha habido intentos de revalorizar el patrimonio minero, por lo que la inclusión de las siguientes preguntas fue con la intención de saber si la gente lo conoció o se involucró en estas actividades: ¿Conoce sobre la Ruta Arqueológica Minera (RAM)?, a la que el 50% respondió que poco. ¿Alguna vez hizo el recorrido de la RAM?, el 87.1% respondió que no; y por último ¿Considera que proyectos como la Ruta Arqueológica Minera (RAM), que hacen recorridos por los vestigios de la minería, ayudan a las necesidades de la comunidad? El 66% respondió que nada.
De manera que existe desinformación sobre este patrimonio, a pesar de las acciones que surgieron con la intención de enmendar la situación, pero según los resultados, la gente apenas se interesó, lo que podría significar que hace falta innovar en las técnicas que se implementan, y entender que Pachuca desde hace algunos años es también residencia de personas que migran de sus ciudades por la cercanía que tiene con la CDMX:

Uno de los muchos factores que han proporcionado el crecimiento de la Ciudad es el fenómeno de la migración. El sismo en la Ciudad de México de 1985, provocó que gran cantidad de familias cambiaran su lugar de residencia. El Distrito Federal y el Estado de México, son las entidades de mayor flujo de emigrantes que recibe el estado de Hidalgo (30.7% y 35% respectivamente del total), prefiriendo la ciudad de Pachuca como destino” (González, 2009, pág. 32).

Por lo que ya no sólo es necesario enseñar a los originarios, sino también, captar el interés de los nuevos integrantes de esta sociedad, porque no tienen algún lazo profundo que los relacione con esta ciudad. A continuación, el análisis de resultados obtenidos a través de esta encuesta.

Análisis de resultados

Inicialmente, es importante hacer notar la dificultad que se tuvo para contar con la participación ciudadana específica de los residentes del Barrio de Camelia, por lo que la encuesta se abrió a la aportación de habitantes externos, pero residentes de Pachuca. Esa actitud ciudadana, sin embargo, es un dato que evidenció la falta de socialización o la animadversión a personas externas, quizá por el abandono del barrio, y la falta de credibilidad institucional de cualquier índole. A pesar de ello, destaca el interés de algunos residentes de Camelia. En cuanto a los demás datos obtenidos, se enfatiza lo siguiente.

En primer lugar, la evidente falta de conocimiento sobre el pasado minero de Pachuca y, como tal, del origen de la ciudad, así como una falta de valorización a esos bienes, que, aunque puedan ser visibles, parecen olvidados. Se considera que no se relacionan tanto, porque la mayoría de los encuestados no son originarios de la ciudad. De los Barrios fundacionales, de 11 solo se mencionaron 3, y el más popular fue “El Arbolito”, el más cercano geográficamente al centro de Pachuca. Si bien han existido académicos, instituciones y personas ligadas a la administración pública, que tienen interés continúo en el patrimonio industrial, y que han hecho publicaciones o iniciativas de recorridos o caminatas para su valorización, parece persistir, como lo refiere Niccolai, una fractura entre intelectuales, inversionistas y políticos, y lo que él llama consumidores finales, que se identificarían con la sociedad en general (Niccolai, 2005).

Otro de los resultados importantes, es que en la actualidad los encuestados ya no consideran a Pachuca ciudad minera, aunque sí la aprecian como relevante con respecto al patrimonio industrial, así como a su rescate y protección. El inmueble de Camelia no fue reconocido por casi la mitad de los encuestados, pero prácticamente todos creen muy importante su restauración con fines culturales. Este resultado es positivo, porque refleja que el inmueble de la Mina de Camelia todavía se impone a pesar de su estado en ruinas, y aunado a ello consideraron que el estado actual influye en la seguridad, y asociaron su rehabilitación a la mejoría de las condiciones de vida de los barrios. El patrimonio material es un símbolo de identidad colectiva, es la presencia tangible de los orígenes de un lugar, es la oportunidad de revalorizar el pasado de Pachuca, ciudad reconocida a nivel nacional e internacional como un Centro Minero relevante. (Von Mentz, 2000). Entre los resultados que se subrayan en la encuesta, está la percepción sobre la Ruta Arqueológica Minera; si bien es cierto que hay un esfuerzo de políticas públicas por dar a conocer el patrimonio minero, éste no ha sido suficientemente difundido de acuerdo a los resultados, pues la mitad no lo conoce, consecuentemente la mayoría no ha participado en ello, y en esa misma medida no consideran que se ayude a las necesidades comunitarias. Las razones de estos resultados no son alentadoras, porque van aunadas al estatus de foráneos de los participantes, sin embargo, se espera que la residencia prolongada de estos habitantes haya creado vínculos que permitan el aprecio por el lugar, como lo hace un estudiante con su escuela, o un arrendador por su casa (quien sabe que no es parte de su origen de su propiedad, pero es parte de su vida cuando lo habita). La apropiación del espacio construido, considera Guzmán Ríos, es un proceso de interacción de las personas con aquel, para que se signifique como un símbolo que permite comprenderlo. Dentro de los componentes en ese proceso enuncia “al cuerpo, el tiempo calendárico y climatológico, el contexto social y personal y las condiciones socioculturales de las personas y las características retóricas espaciales.” (Guzmán Ríos, 2005). Es decir, no basta con el reconocimiento de él en imagen, sino que se requiere que el patrimonio se haga parte de una experiencia periódica y vivencial con el individuo, y que éste, a su vez, se incluya en una sociedad donde identifique el espacio como el que se comparte con otros, generando un recuerdo positivo con condiciones favorables, que Camelia requiere implementar e impulsar.

Conclusiones

Como es bien sabido, el patrimonio es “el legado cultural que recibimos del pasado, que vivimos en el presente y que transmitiremos a las generaciones futuras” (UNESCO, 2022). El patrimonio arquitectónico de Hidalgo va desde restos de civilizaciones prehispánicas, como la Tolteca, hasta manifestaciones culturales de los siglos XIX y XX. En el caso específico de Pachuca y área metropolitana, el deterioro y pérdida de inmuebles de los siglos XIX y XX, ha sido producto de diferentes causas. Como ya se ha hecho mención, el espacio fundacional de Pachuca se ha desarrollado a través del tiempo debido a la evolución monetaria, la descentralización de las actividades económicas, y la demanda de vivienda, entre otros factores. Es importante dejar claro que el cuidado y la protección del patrimonio arquitectónico compete principalmente a las autoridades correspondientes, pero también a cada uno de los integrantes de esta sociedad, dueños del inmueble, docentes, estudiantes, arquitectos y sociedad en general que habite en esta ciudad. Estos vestigios industriales son la cara de su paisaje, y con los años han comenzado a desfigurarse hasta volverse casi irreconocibles.

Actualmente, parece que solo aquello que representa un valor económico para algunos merece la pena de ser conservado; un ejemplo de esto son los museos de sitio que anteriormente fueron minas, como lo es “La Dificultad”, ubicada en Real del Monte. Es indudable que este sitio cuenta con un legado material importante que le ha asegurado su permanencia en el presente, sin embargo, se dice que “los valores y los simbolismos que una sociedad otorga a sus objetos son los que determinan su potencial de conservación” (Muñoz, 2010).

No debe tratarse entonces de una condición selectiva y sobre todo excluyente, sino de un estado de apropiación del bien por parte de los actores involucrados, que lo conciben como algo único y excepcional.

Existen diferentes valores que se les puede otorgar a este tipo de inmuebles, como lo son el histórico, artístico o de uso, pero el más importante es el de apropiación. El valor de apropiación va estrechamente relacionado con el valor de uso, ya que cuando la gente cuenta con un espacio útil que les permite realizar actividades cotidianas de forma cómoda y eficiente, esto se traduce en un aprecio sobre tal lugar que con el tiempo identifican como propio (García, 2014).

En el caso de Camelia, consultando con algunos integrantes de este barrio, existen familias con miembros que anteriormente trabajaron como mineros en Camelia o en minas aledañas, por lo que les parece significativo este tipo de inmuebles, que de forma indirecta formaron parte de su vida, a través de relatos reales o incluso ficticios que les contaban sobre lo que sucedía en estas minas, pasando de generación en generación. Por otra parte, es relevante mencionar la apropiación de la comunidad de este sitio dentro de los recursos sociales y económicos a los que han accedido porque, de este modo, lo han tomado como escenario para algunos eventos populares como el viacrucis o el carnaval, a pesar de que es propiedad privada. El lugar ha sido abandonado por la compañía minera, debido a que actualmente casi es un conjunto de muros que con el tiempo se han ido deteriorando, dejando ver que no representan algún valor para la empresa.

Entonces, ¿qué pasaría si las instalaciones de Camelia comenzaran a ser rehabilitadas y mejoradas para la realización de las actividades a las que ya da lugar, además de otras opciones útiles y redituables para la comunidad, con la intención de que la gente pueda sentirse igualmente parte de ella? Es aparentemente una visión que impera y toma forma con algunas iniciativas; ejemplo de esto son las actividades hechas en El Bordo, otro barrio fundacional de Pachuca, que forma parte de los Barrios Rurales del Antiguo Real de Arriba, como Camelia, y donde se ha organizado un laboratorio ciudadano (Geografianomada, 2022), conformado por colectivos, secretaría municipal de cultura y sociedad civil, que tiene como objetivo la realización de actividades culturales que permitan la recuperación de la identidad y memoria histórica a través de los siguientes ejes: cultura y creatividad, desarrollo económico, desarrollo humano y social, medio ambiente y sostenibilidad, memoria, patrimonio, y herencia cultural y urbano territorial.

Según (García, 2014) el rescate de estos inmuebles no debe basarse o partir de los intereses personales que puede tener un especialista que busca corregir un viejo error, o del funcionario que realiza una intervención para “promover” la restauración con fines políticos, sino de los usuarios que han habitado y vivido ese espacio durante años, quienes día a día se apropian de él y que de esta forma lo protegen y conservan.

Son parte de los esfuerzos que, con pocos recursos, reconocen y buscan resignificar el pasado de Pachuca.

Se considera que la clave para lograr la permanencia de estos lugares a lo largo de la historia es su uso, y qué mejor acción que transformarlos en un espacio útil que sume al mejoramiento en la calidad de vida para estos barrios marginados para que, además, otorguen a las infancias un baúl de posibilidades y de historias. Realizar una intervención en este espacio, sería un parteaguas para, también, promover el mejoramiento de las condiciones de vida en el barrio, situación clave para los habitantes en su aprecio por el lugar y lo que hay en él.

Probablemente, para realizar algún cambio podríamos partir del hecho de que, aunque la minería en Pachuca ya no es un tema importante en la actualidad, es importante que no vaya más allá de alguna feria temática o la venta de pastes. De acuerdo con las encuestas realizadas, hay personas que encuentran importante la preservación de un patrimonio aun sin haberlo habitado, vivido o siquiera conocido en su apogeo, la cual es un área de oportunidad; sin embargo, es importante recordar que en cualquier situación, se requiere el apoyo de las autoridades correspondientes, pero también la opinión de la comunidad que puede poseer tal inmueble, ya que aunque la sociedad en general apoya la intervención de estos espacios, la comunidad cercana es la que deberá cuidarlos y al mismo tiempo beneficiarse del uso que se les pueda dar, y esa es la parte importante: primero acercarse a la comunidad, y después atraer a la sociedad en general para que haga uso de estos espacios también, sin afectar sus intereses que los protegen y rodean, generando así la reactivación, en este caso, de un barrio marginado, estimulando el interés de los pachuqueños hacia su herencia minera.

Así, las historias y leyendas en torno a la minería continuarán transmitiéndose a la población en general mientras se preserven sus vestigios más representativos, generando una conciencia colectiva sobre la importancia de Camelia y otros barrios en condiciones similares, posibilitando un cambio, principalmente para revalorizar estas antiguas centralidades.

Referencias

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